Estamos perdiendo nuestras tradiciones más arraigadas por lo que repasaremos un día de gastronomía mediterránea, lo primero una vueltecita por el huerto (no todo el mundo puede tener uno, pero podemos cultivar en unas macetas unos tomatitos cherry, perejil, orégano, albahaca, incluso un repollo en el alfeizar de la ventana) antes de que haga calor y para realizar alguna pequeña labor, ya que con solo dos horas al día puedes tener un huerto espléndido que si seguís las indicaciones de http://www.elbalconverde.com/ podréis llegar a conseguirlo.
Es como ir al mercado, con lo que tenemos podemos hacer un buen menú de la dieta mediterránea, vamos a dar un paseo para ver lo que encontramos y combinamos con la comida.
Calabacines…
Ya quedan pocas cebollas pero son primordiales para nuestra cocina así que como somos muchos para comer y son de buen tamaño con dos o tres tendremos suficiente para unos muslitos de pollo con cascos de cebollas guisadas.
Limpiarlas antes de llevarlas a la cocina o se pondrá todo perdido de tierra y los restos para hacer compost que nos servirá de abono el año que viene.
Vamos a dejar dos o tres para semillas y así tendremos asegurada otra cosecha el año que viene, parecen los faros del huerto.
A su lado están los tomates, que parece que este año no quieren colorear, pero nos servirán para una ensalada de tomates y de pepinos que están en su tamaño justo.
Unos poquitos, para la ensalada de hoy…
Los calabacines son pequeños así que en dos días, si los regamos bien, tendremos para un infinito número de platos.
Pero esas flores… creo que voy a levantarme mañana un poco antes de que se cierren para rellenarlas y hacer un manjar con ellas.
Mientras tanto mira como se prepara la flor del calabacín en este enlace de L´atelier des chefs
¡El laurel!, necesito unas hojitas para que se sequen y poder utilizarlas, ya que verdes le dan un sabor muy fuerte.
¡Mira la diferencia!
Ahora toca el postre y creo que tendremos ciruelas al natural, ya que los árboles están dejando caer sus frutos.
Están muy cargados, si no las comemos todas, creo que podremos conservar algunas conservadas en alcohol para tomar como “chupito” con el café dentro de tres meses y con lo la fruta que nos quede más madura, haremos mermeladas de todos los colores para el invierno.
!De postre surtido de ciruelas¡ Nada de ciruelas en texturas, hoy lo vemos todo en color verde, morado, amarillo, rojo…
Mañana regresaré al huerto que está dando sus frutos y seguiremos con la dieta mediterránea…
¡Genial el artículo! Tienes toda la razón, no deberíamos dejar perder nuestra tradición culinaria mediterránea. Por cierto, que curioso lo de la flor de calabacín, no sabía que tenía, mucho menos que fuera tan bonita. Le dan ganas a uno de cultivar su propio huerto!
Pues te animo a que compres un tiesto y le pongas unas semillas de perejil, las riegas un poco las acercas a la ventana de la cocina y dejas que crezcan, tendrás perejil durante dos años, si le mantienes cortadito y no le dejas crecer para que semille. Si se desmelena en unos meses guarda las semillas y vuelve a repetir la operación, pero si eres impaciente y quieres tener ¡ya! el perejil en la cocina, puedes comprar cualquier tiesto que ahora están a la venta en las grandes superficies, normalmente junto a la zona de las verduras, pon un plato debajo para que no te manche el alfeizar de la ventana y córtalas, para añadirlas a la comida, ensaladas, un buen majado… ya contaremos la importancia del perejil fresco en la comida así que mantente conectado…
Un abrazo